LA MALDICIÓN DE HILL HOUSE (2018)

hillhouse
«Los viajes terminan cuando los amantes se encuentran. Hiciste que lo grabaran en mi reloj, ¿lo recuerdas? Pero me equivoqué. Ese es el secreto, ¿no? Los viajes no terminan. No si amas a alguien. No terminan nunca. ¿No es maravilloso?»

Stephen King no aplaude muchas series ni películas, se ha equivocado por intereses de familia como sucedió con la catastrófica adaptación de NOS4A2, pero no así con la serie de un hasta ahora no tan experimentado Mike Flanagan, lo esencial de La Maldición de Hill House (2018) es que cumple con algo que el cine moderno ya había perdido: dar miedo. Las respuestas a esto están en un guión y dirección perfectamente realizados de principio a fin, un reparto bien elegido con papeles creíbles, giros argumentales y un juego de tiempos muy parecido a lo realizado por True Detective en su primera y tercera temporada. La serie retoma el argumento de las casas embrujadas tomando como referencia directa la novela de Shirley Jackson de 1959, con toques de terror que recuerdan a El Inquilino (Roman Polánski, 1976) o más claro aún a El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980), sin duda ha sido una gran sorpresa encontrar en las producciones modernas de alto consumo algo tan bien tejido en el género del terror. Cabe desacatar las actuaciones de los niños, la estética, los escenarios, algunos plano secuencias y otras características de la serie. No es una obra maestra pero entretiene y bastante.

O.Plath